Por Santiago Dieser
Jamás antes me había dolido tanto sentarme a escribir. Menos si se trata, como en este caso, de mi amado Club Atlético River Plate. Pero así se dieron las cosas y acá ven los resultados: mi corazón, como el de muchos otros –millones–, está destrozado.
Hay muchas realidades sobre esta realidad y nada las hará cambiar. La primera es que el Millonario deberá jugar el próximo torneo en la segunda división del fútbol argentino. La segunda es que la historia de la institución más grande de Sudamérica ha quedado manchada de por vida. La tercera es que ningún hincha riverplatense olvidará lo sucedido.
No habrá olvido. Habrá penas. No habrá perdón. Habrá aliento.
No habrá olvido para que esto no vuelva a suceder nunca más. Habrá penas por que los millonarios no sentimos otra forma de sentir este momento. No habrá perdón por que los responsables de este presente cargarán con nuestras miradas con odio para todo su futuro, es imperdonable lo que han hecho y se lo haremos saber. Habrá aliento porque así es el hincha de River, en las buenas y en las malas siguen, saltan y cantan de la misma manera y con el mismo entusiasmo.
Quisiera decirles, en un párrafo especial, a los señores (si es que el termino les cabe) José María Aguilar, Mario Israel y demás ignotos e inútiles dirigentes de la antigua conducción, que sus caras están en nuestra memoria y nada las borrará. Sepan que si las culpas de que esto haya pasado se repartieran, ustedes estarían en el primer escalón del podio y nadie se los va a perdonar. Al hincha Millonario le importa tres carajos que sean protegidos del mafioso N°1 (Grondona, ¿quién más?). Van a pagar. No crean que no van a pagar.
A los entrenadores que pasaron poco se les puede decir. O en realidad, se les puede decir demasiado: Gracias Simeone por dejarnos últimos, gracias Gorosito por armar un Dream Team, gracias Astrada por sacarnos adelante, gracias Cappa por el lirismo y gracias, sobre todos los demás, a Juan José López por la sabiduría futbolística, por esa muñeca que demostraste que tenés para hacer cambios y revertir resultados. Han sido todos ustedes, muy amables.
¿A los jugadores? Ellos pasan a un tercer plano, y más que nada en esta temporada que se acaba de ir, en la cual River, con muy poquito, fue el 5to mejor equipo del certamen con 57 unidades. Hay casos excepcionales los cuáles podríamos hacer referencia (Ballón, Ahumada, Arano, Cabral, etc) que no han sabido llevar puesto el manto sagrado, pero eso será parte de otra columna.
Duele. Y a cada minuto duele más. River en la B. Lo escribo y duele. Lo lees y duele. Este momento, esta angustia, no se borra con nada. Pero los que aman a River Plate estarán y alentarán siempre, como siempre. No importa que los que son responsables estén en Aruba o en alguna isla paradisíaca, riendo y riendo de nada, porque a ellos un día les va a volver todo el mal que nos hicieron.
Porque del llanto desgarrador y sentido de millones de personas, alguien deberá hacerse cargo. Pero esta vez no serán los hinchas. Ya no. River podrá estar físicamente en el Nacional B uno o dos años, pero los que realmente se fueron al descenso son ustedes, los caraduras de siempre, los Aguilar, los JJ, etc.
River no se mancha, pero algunos no lo entendieron. No habrá olvido. No habrá perdón.
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