Passarella no se dobla
La estrategia política y los pasos por seguir para defender la posición tomada han sentado las bases de un replanteamiento de River en su relación con la AFA, según la visión de su presidente Daniel Passarella y del compañamiento público -aun desde la incertidumbre- del resto de los hombres de peso del club. En el día después del estallido entre el Káiser y Julio Grondona por la designación y actuación de Patricio Loustau en el superclásico, el club de Núñez ha decidido mantener la disputa con firmeza. Una cruzada personal llevada al plano institucional. Como si alguien, poniéndose en el centro de la escena, se hubiera encargado de tocar el botón que provocó el caos... En un escenario que pretendía estar encaminado hacia una dirección y que viró hacia otra historia.
Desde temprano, Passarella ordenó a un par de consultoras (una, la empresa de Julio Aurelio) sondeos de opinión para tener en sus manos lo que pensaban los socios de River sobre el enfrentamiento entre la casa matriz del fútbol argentino y uno de sus clubes más representativos.
Cuando tuvo los resultados, al parecer con un 80 por ciento de adhesión, sintió algo de alivio y cobró más impulso su intención: quedar como el hombre que se le plantó a Grondona. Nada es casual: se piensa en el plano deportivo para condicionar las cinco fechas que quedan en el Clausura y en el ámbito político ubicándose como opositor de Don Julio, pensando en la sucesión.
A las 18, los primeros en llegar al Monumental fueron los colaboradores directos de Passarella. La mesa directiva no tardó en completarse con los minutos.
Y sólo después de un buen rato de charla, llamaron a todos los dirigentes oficialistas para comenzar la reunión extraordinaria, que no fue de toda la comisión directiva, ya que los opositores no aceptaron la convocatoria ni sus motivos. Lo primero que escucharon los miembros fueron los relatos ampulosos y con lujos de detalles de lo que pasó anteanoche en la reunión de Comité Ejecutivo de la AFA. La exposición de casi media hora del Káiser terminó con una frase que heló la sangre de muchos de los presentes: "Vamos por todo, a mitad de camino, nada". "Fue la oficialización de una decisión que teníamos tomada apenas sucedió lo que todos sabemos.
Estamos con Passarella", dijo Daniel Bravo, secretario general. Curiosamente, como sucede en la AFA, muchos oficialistas acompañan al presidente en la mesa chica, pero en la intimidad están aturdidos con la pelea y hasta están temerosos por el distanciamiento con Grondona en un momento crucial en la carrera por evitar el descenso. Un alto dirigente millonario entregó toda su sinceridad después de implorar mantener su nombre bajo anonimato: "No sé cómo puede terminar todo esto, le estamos pateando la puerta al que nos sostiene la casa". Una cuestión que no se puede desconocer es que desde que asumió está dirigencia, las vinculaciones con Don Julio fueron permanentes a partir de la necesidad de acceder a los créditos que la AFA suele entregar con asiduidad en concepto de adelanto por los derechos televisivos.
Y justamente la semana pasada la tesorería de River llevó adelante un pedido para contar lo más rápido posible con 20.000.000 de pesos. Dinero más que necesario en estos tiempos en los que la constitución de un fideicomiso acumula 11 meses de demora y se tiene que hacer frente a una deuda que mantiene intranquilo al plantel por primas y sueldos atrasados (por 18.000.000 de pesos). ¿La salida inmediata? Vender a Erik Lamela en una cifra cercana a los 20.000.000 de dólares; desde la presidencia dicen estar avanzadas las gestiones con Milan.
La inseguridad que reina en River parece tener raíz en una cuestión que hace tiempo se respira en el club: una conducción personalista que lo decide todo. Desde ex presidentes y dirigentes opositores dieron su opinión. El ex presidente Alfredo Davicce aseguró que la polémica "es para la gilada y desviar la atención de las cosas que importan.
Con su actitud está claro que al club no le hizo nada bien". Consultado por la agencia Télam, otro ex titular como Hugo Santilli manifestó: "Esto se arregla en charlas privadas y respetando la institucionalidad que debe haber entre los clubes y con la AFA. Una reacción intempestiva así deja a River muy mal parado en las relaciones políticas".
Y uno de los representantes de la oposición en la actual comisión directiva, Diego Quintás, consideró: "Debió haber realizado el reclamo el sábado, cuando se supo que dirigía un árbitro designado de manera antirreglamentaria.
Ahora es tarde y las formas tampoco son las mejores". El escándalo volvió a escena y amenaza con más capítulos. Como por ejemplo el recorte total de la relación con la AFA, posibles ausencias en las reuniones del Comité Ejecutivo, la materialización de posibles represalias y una constante inestabilidad económica.
Se disparó una serie de temores. Se dio un paso fuerte en lo que se pretende exponer como una nueva estrategia. La caliente relación del club de Núñez con Grondona no encuentra, por ahora, una luz en los próximos pasos.
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