Objetivo: Banfield

Por Leonardo De Casali

Luego del triunfazo obtenido ante Quilmes como visitante y la consecuente punta del campeonato, River recibirá a Banfield en un partido que tendrá que salir a hacer el gasto. En este torneo en particular, y en el último tiempo del fútbol argentino, se han empezado a dar resultados, por lo menos dos por fecha, que en otro tiempo hubiera sorprendido a más de uno, pero que ahora ya son moneda corriente.

Antes el mundo del fútbol, en esta clase de partidos, se predisponía para ver a un equipo grande avasallador y a otro que aguantaba hasta donde podía. Por eso no va a ser cosa que Banfield quiera dar el golpe en el Monumental.

El taladro llega con muchas complicaciones al partido ante River. En este aspecto, parece estar ligando el millonario, ya que a los rivales, en los últimos partidos le han faltado piezas claves. En el caso de Banfield, está descartado Marcelo Carrusca, quien padece una distensión en el isquiotibial derecho y Cristian García. El delantero, de lo mejor que mostró el equipo del sur en el campeonato y uno de sus goleadores, está en conflicto con la dirigencia por no haber aceptado la oferta de renovación de contrato y fue bajado a entrenar con la cuarta división. A quien espera Sebastián Méndez hasta último momento es a Víctor López, afectado por una contractura en el recto posterior de su pierna derecha.

Este equipo ha ido de mayor a menor en el campeonato. Arrancó como para ser la revelación sacando buenos resultados, pero se fue desinflando con el correr de las fechas. Perdió puntos difíciles de entender teniendo en cuenta los que ganó. Luego de un comienzo con dudas, cayendo en Bahía Blanca ante Olimpo y apenas empatando como local frente a Colón, tuvo su pico máximo de rendimiento a partir de la tercera fecha cuando venció a Estudiantes en La Plata.

Qué mejor medida que el último campeón para darle el envión necesario para ganar el clásico una semana después ante Lanús, y extender a tres la racha de victorias consecutivas al vencer a Tigre sorpresivamente como visitante. En la sexta fecha le llegó el momento a Huracán, que venía de perder en las primeras fechas a su técnico y envuelto en una crisis futbolística. Parecía que iba a ser una victoria cómoda tras ponerse dos a cero en los primero minutos, pero en ese entretiempo fue hasta donde llegó el pico de rendimiento para empezar a bajar, y en consecuencia el empate final del quemero.

A partir de allí alternó buenas y malas. Entró en la variante de los demás equipos, por lo que tan solo pudo empatar ante el apenas discreto Independiente, y volver a generar dudas cayendo como local en el último encuentro ante Argentinos, único invicto del torneo, pero que se divide con la copa. Sin embargo, River debe tener cuidado con un equipo que parece controlable, pero que basa su juego en la fortaleza defensiva y en arremeter de contra cuando se le presenta la posibilidad. No debe confiarse por estar en la cima de la tabla y seguir afrontando los partidos sabiendo que en esta instancia debe seguir sumando. Con el correr de los partidos y en consecuencia de los puntos que saque, ya alejado de la zona de promoción, se verá si puede volver al lugar que su historia lo tiene acostumbrado.